Hola a todos,
les quiero presentar un pequeño relato, en el que posiblemente nos basemos para dar comienzo a nuestra aventura Humana. Más adelante explicaré en profundidad lo que el equipo de desarrollo tiene pensado para lo que sería el comienzo de la raza humana.
Los gritos lo despertaron, aún sonaban lejanos e ininteligibles, pero su cara, iluminada por la luz de la Luna que entraba por la ventana, ya reflejaba el escalofrío que acababa de recorrer todo su cuerpo.
En ese momento se abre la puerta de la habitación y la silueta que se percibe en la oscuridad le dice:
- ¡Prepárate, coge tus cosas y haz lo que hemos hablado!, ha llegado el momento.
- Pero padre, ¿qué está pasando?
-Los piratas, Koni, ya vienen.
Todo era caos y fuego. Bastan cinco minutos para que un pequeño pueblo de apenas cien habitantes empiece a arder. Orange Village, este pequeño pueblo isleño estaba siendo borrado del mapa, y sus pacíficos habitantes, entre los gritos de socorro y desesperación, no llegaban a entender el por qué.
Llegaron 8 hombres, entre ellos el capitán, un famosillo pirata llamado Fuggy de poco mas de 10.000.000 de berries como recompensa, suficiente para un pueblo como Orange Village, sin base de la Marina ni nadie para hacer frente a un ataque pirata. Algo bastante normal, por otro lado. Un pueblo sin industria, sin recursos naturales, tan solo con un pequeño bosque a los pies de una ya vieja cima, esculpida durante cientos de años por los fuertes vientos que siempre habían azotado esa parte del East Blue. ¿Por qué gastar recursos en un pueblucho de pescadores sin ningún tipo de valor para el Gobierno Mundial? Se avecinaba la era de los piratas, no era tiempo de derroche innecesario.
Koni, el hijo de 16 años de John, uno de los mejores pescadores locales, ya estaba listo y preparado en la entrada de su casa, observando la brillante luz del fuego y sintiendo el inconfundible olor a madera ardiendo. Mientras preparaba el macuto, su padre había ido cuidadosamente a las inmediaciones del pueblo a intentar comprender mejor la situación. Su casa, no de casualidad, se encontraba construida a unos 300 metros al noreste del pueblo, a la entrada del bosque. Algo poco común, tan lejos de la costa y apartado del pueblo, en especial para el ya mencionado pescador habilidoso de Orange Village. Pasado un minuto, su padre volvió corriendo del pueblo con las malas noticias:
-No hay nada que hacer, son incontenibles. No hay nadie que les pueda hacer frente. Los que pueden huir están intentando escapar hacia el bosque, pues han quemado todos los barcos del muelle. No tardarán en venir hacia esta zona. Debemos escapar ya.
-Padre, ¿por qué, por qué nuestro pueblo, qué hemos hecho?
-Nada hijo, son piratas, no necesitan motivos para destruir.
-Podemos hacerles frente, podemos luchar, ya sabes cuánto he mejorado con las clases de espada que me has dado este último año.
- No. Hay poderes en este mundo que aún no entiendes y esos piratas son expertos en el combate, no duraríamos ni un minuto. Vayamos a nuestro muelle, donde tenemos anclado el barco y partamos esta noche rumbo a Shells Town. Informaremos a la marina del ataque y mañana si aún siguen aquí, acabarán con esos malditos piratas. Es la única oportunidad para salvar a la gente que ha conseguido esconderse en el bosque.
-Pero padre, quemarán todo el pueblo, incluso nuestra casa. No quedará nada que salvar mañana. Perderemos todo por lo que has trabajado tan duramente toda tu vida. Quemarán el bosque entero si hace falta y nadie se salvará. La marina no llegará a tiempo. ¿Los vamos a abandonar? ¿Qué pensaría mamá?...
-Mamá…
Los sentidos se le nublaron por unos instantes. Tenía los ojos abiertos pero no veía, nada le tapaba los oídos pero no escuchaba. Sólo tenía en mente a su mujer, la había perdido hacía dos inviernos, a causa de unas fiebres como nunca antes se habían visto por el pueblo, habían muerto varias personas más. Se culpó a sí mismo, pues parece ser que un virus se esparció por el pueblo proveniente de un cargamento de pescado que él había traído de un pueblo vecino. En un instante se le pasaron por la memoria todos los momentos felices que habían vivido en ese pueblo, donde se conocieron, donde crecieron y vivieron juntos, la casa donde nació su maravilloso hijo.
-¡Padre, padre! --Koni intentaba hacerle reaccionar. Su padre recuperó la consciencia y volvió en sí.
- Si te pasase algo a ti no podría seguir viviendo. ¡Escúchame Koni!, yo me quedaré e intentaré hacerles frente. Supongo que aún quedan algunos jóvenes fuertes que habrán escapado, les llevaré unas espadas e intentaremos luchar. Pero tú hijo mío, has de coger el barco e ir como planeamos a Shells Towns a…
-¡Pero padre..!
-¡No, Koni! No podría poner tu vida en peligro, debes ir a pedir ayuda, con este viento en 2 horas llegarás a Shells Towns. Pide ayuda a la marina.
-Padre… --Las lágrimas empezaban a caer sobre las mejillas de Koni.
- No te preocupes, estaré aquí cuando regreses. Lo primordial es ayudar a nuestra gente y ponerla a salvo, si veo que no les puedo vencer, escaparé al bosque y guiaré al pueblo para que no nos den caza.
John le dio un beso en la frente a su hijo, con la misma sensación que la del soldado que se despide de sus familiares y parte a la guerra, sabiendo que posiblemente no los vaya a volver a ver.
- ¡Corre Koni, ve, ve a pedir ayuda, te estaremos esperando, eres nuestra última esperanza! Te quiero.
-Adiós padre.
-Ve, no mires atrás.
Y Koni desapareció entre los arbustos…
Hasta nuestro próximo encuentro.
les quiero presentar un pequeño relato, en el que posiblemente nos basemos para dar comienzo a nuestra aventura Humana. Más adelante explicaré en profundidad lo que el equipo de desarrollo tiene pensado para lo que sería el comienzo de la raza humana.
Los gritos lo despertaron, aún sonaban lejanos e ininteligibles, pero su cara, iluminada por la luz de la Luna que entraba por la ventana, ya reflejaba el escalofrío que acababa de recorrer todo su cuerpo.
En ese momento se abre la puerta de la habitación y la silueta que se percibe en la oscuridad le dice:
- ¡Prepárate, coge tus cosas y haz lo que hemos hablado!, ha llegado el momento.
- Pero padre, ¿qué está pasando?
-Los piratas, Koni, ya vienen.
Todo era caos y fuego. Bastan cinco minutos para que un pequeño pueblo de apenas cien habitantes empiece a arder. Orange Village, este pequeño pueblo isleño estaba siendo borrado del mapa, y sus pacíficos habitantes, entre los gritos de socorro y desesperación, no llegaban a entender el por qué.
Llegaron 8 hombres, entre ellos el capitán, un famosillo pirata llamado Fuggy de poco mas de 10.000.000 de berries como recompensa, suficiente para un pueblo como Orange Village, sin base de la Marina ni nadie para hacer frente a un ataque pirata. Algo bastante normal, por otro lado. Un pueblo sin industria, sin recursos naturales, tan solo con un pequeño bosque a los pies de una ya vieja cima, esculpida durante cientos de años por los fuertes vientos que siempre habían azotado esa parte del East Blue. ¿Por qué gastar recursos en un pueblucho de pescadores sin ningún tipo de valor para el Gobierno Mundial? Se avecinaba la era de los piratas, no era tiempo de derroche innecesario.
Koni, el hijo de 16 años de John, uno de los mejores pescadores locales, ya estaba listo y preparado en la entrada de su casa, observando la brillante luz del fuego y sintiendo el inconfundible olor a madera ardiendo. Mientras preparaba el macuto, su padre había ido cuidadosamente a las inmediaciones del pueblo a intentar comprender mejor la situación. Su casa, no de casualidad, se encontraba construida a unos 300 metros al noreste del pueblo, a la entrada del bosque. Algo poco común, tan lejos de la costa y apartado del pueblo, en especial para el ya mencionado pescador habilidoso de Orange Village. Pasado un minuto, su padre volvió corriendo del pueblo con las malas noticias:
-No hay nada que hacer, son incontenibles. No hay nadie que les pueda hacer frente. Los que pueden huir están intentando escapar hacia el bosque, pues han quemado todos los barcos del muelle. No tardarán en venir hacia esta zona. Debemos escapar ya.
-Padre, ¿por qué, por qué nuestro pueblo, qué hemos hecho?
-Nada hijo, son piratas, no necesitan motivos para destruir.
-Podemos hacerles frente, podemos luchar, ya sabes cuánto he mejorado con las clases de espada que me has dado este último año.
- No. Hay poderes en este mundo que aún no entiendes y esos piratas son expertos en el combate, no duraríamos ni un minuto. Vayamos a nuestro muelle, donde tenemos anclado el barco y partamos esta noche rumbo a Shells Town. Informaremos a la marina del ataque y mañana si aún siguen aquí, acabarán con esos malditos piratas. Es la única oportunidad para salvar a la gente que ha conseguido esconderse en el bosque.
-Pero padre, quemarán todo el pueblo, incluso nuestra casa. No quedará nada que salvar mañana. Perderemos todo por lo que has trabajado tan duramente toda tu vida. Quemarán el bosque entero si hace falta y nadie se salvará. La marina no llegará a tiempo. ¿Los vamos a abandonar? ¿Qué pensaría mamá?...
-Mamá…
Los sentidos se le nublaron por unos instantes. Tenía los ojos abiertos pero no veía, nada le tapaba los oídos pero no escuchaba. Sólo tenía en mente a su mujer, la había perdido hacía dos inviernos, a causa de unas fiebres como nunca antes se habían visto por el pueblo, habían muerto varias personas más. Se culpó a sí mismo, pues parece ser que un virus se esparció por el pueblo proveniente de un cargamento de pescado que él había traído de un pueblo vecino. En un instante se le pasaron por la memoria todos los momentos felices que habían vivido en ese pueblo, donde se conocieron, donde crecieron y vivieron juntos, la casa donde nació su maravilloso hijo.
-¡Padre, padre! --Koni intentaba hacerle reaccionar. Su padre recuperó la consciencia y volvió en sí.
- Si te pasase algo a ti no podría seguir viviendo. ¡Escúchame Koni!, yo me quedaré e intentaré hacerles frente. Supongo que aún quedan algunos jóvenes fuertes que habrán escapado, les llevaré unas espadas e intentaremos luchar. Pero tú hijo mío, has de coger el barco e ir como planeamos a Shells Towns a…
-¡Pero padre..!
-¡No, Koni! No podría poner tu vida en peligro, debes ir a pedir ayuda, con este viento en 2 horas llegarás a Shells Towns. Pide ayuda a la marina.
-Padre… --Las lágrimas empezaban a caer sobre las mejillas de Koni.
- No te preocupes, estaré aquí cuando regreses. Lo primordial es ayudar a nuestra gente y ponerla a salvo, si veo que no les puedo vencer, escaparé al bosque y guiaré al pueblo para que no nos den caza.
John le dio un beso en la frente a su hijo, con la misma sensación que la del soldado que se despide de sus familiares y parte a la guerra, sabiendo que posiblemente no los vaya a volver a ver.
- ¡Corre Koni, ve, ve a pedir ayuda, te estaremos esperando, eres nuestra última esperanza! Te quiero.
-Adiós padre.
-Ve, no mires atrás.
Y Koni desapareció entre los arbustos…
Hasta nuestro próximo encuentro.
Última edición por Greenghost el Vie Ene 31 2014, 04:26, editado 2 veces